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Estamos a las puertas del regreso a clases en la sierra y amazonia del Ecuador, y para llegar con todo a punto al primer día de escuela, los maestros, padres y representantes de niños y jóvenes han empezado a planificar todo lo referente a un nuevo año escolar.

Trámites como la inscripción y matriculación en las instituciones educativas, la compra de útiles, herramientas escolares y uniformes llenan las agendas de muchos adultos en estos días. Pero hay un detalle que muchas veces pasa por alto, pero que es fundamental para cuidar la salud de nuestros niños y garantizar un desempeño académico adecuado: la alimentación.

Muchos afirman que somos lo que comemos. Pero hay que tener en cuenta que la comida que consumimos tiene una relación con la edad y las actividades que realizamos, por lo tanto, necesitamos consumir un número específico de calorías diarias para mantener un estilo de vida equilibrado.

¿Cuál debe ser la alimentación de los niños y jóvenes según su edad?

La Asociación Española de Pediatría recomienda que los niños entre 1 a 3 años, el consumo sea de 1300 kilocalorías/día, de 4 a 6 años 1800 kilocalorías/día, mientras que los niños entre 7 y 12 años deben consumir 2000 kilocalorías/día.

En el caso de los adolescentes, la doctora María Adams, nutricionista de la Universidad de Tufts (Boston) recomienda una diferenciación entre chicas y chicos. Las primeras deben consumir en promedio 2200 kilocalorías, mientras que los chicos entre 2500 y 3000 cada día. Esto se debe a que, en esta etapa, el crecimiento y las diferentes actividades (como las deportivas y académicas) generan un mayor consumo de energía en los jóvenes.

La alimentación en la etapa escolar no solo es importante para crecimiento y el desempeño académico, es esencial para el futuro de nuestros niños, niñas y adolescentes. Un estudio realizado en Brasil, Guatemala, India, Sudáfrica y Filipinas, publicado en la revista académica “Journal of Nutrition”, perteneciente a la Universidad de Oxford, indicó que un niño

subalimentado tendrá problemas de crecimiento y no podrá desarrollar correctamente sus habilidades cognitivas.

Por esta razón, no solo debemos prestar atención al desayuno, almuerzo y cena de nuestros niños y adolescentes. También hay que fijarnos en el tipo de alimentos que consumen en el refrigerio escolar. De acuerdo con el pediatra español Luis Peña Quintana, este alimento debe aportar con 1/3 de las calorías totales de la dieta, y debe incluir -necesariamente- alimentos de un alto contenido nutricional, tales como frutas, lácteos o cereales, y restringir los dulces, carbohidratos con un alto contenido de azúcar (como donuts o tortas) o comida chatarra (como papas fritas, salchipapas, hamburguesas, galletas, bebidas azucaradas, etc).

¿Cómo podemos organizar una lonchera saludable?

A pesar de que puede parecer más cómodo dar dinero a los chicos para que puedan comprar su refrigerio, lo ideal es preparar su refrigerio desde casa. Por eso, les recomendamos los siguientes refrigerios, para garantizar una alimentación saludable y acorde a las necesidades de nuestros niños, niñas y adolescentes.

Puedes combinar estos alimentos durante el mes, y variarlos con otras frutas, verduras y fuentes de proteína. Es importante planificar los refrigerios, para que en las compras de supermercado incluyas los alimentos que tienes previsto enviar en la lonchera saludable.

Puedes encontrar otras opciones haciendo click aquí.

¿Debemos diferenciar el refrigerio que enviamos a nuestros hijos, sin importar su edad?

La alimentación debe ser, en lo posible, diferenciada por edad. De acuerdo con el consumo de calorías recomendado por la Asociación Española de Pediatría, los niños entre 1 y 3 años deben consumir leche, pollo, pavo, clara de huevo, frutas como naranja, plátano o manzana, mismas que pueden ser servidas en compota.

En el caso de los niños entre 4 a 6 años, se recomienda enviar frutas frescas, leche, yogurt o queso, verduras como zanahorias, tomates o apio, sándwich de pollo, queso o jamón, con pan integral.

Para los niños de 6 a 12 años, puedes alternar entre queso, jamón, sándwich de pollo o jamón, frutas frescas o en jugo sin azúcar, un puñado de nueces y almendras, yogurt, galletas de avena, tomates cherry, o tortas de arroz.  Puedes combinar sus refrigerios con proteína de origen vegetal, como el tofu.

Y para los jóvenes, se sugiere incluir en sus refrigerios mantequilla de maní, un tazón de cereal, sándwich de queso, jamón, pollo o pavo, yogurt sin azúcar, barras de cereal, queso y galletas con bajo contenido de azúcar. No olvides que el consumo de energía es diferente entre los chicos y chicas a esta edad.

También es importante ser creativos con los refrigerios que enviamos a nuestros hijos. Podemos enviar “barquitos” de manzana, poniendo una banderita en cada rodaja, o “paletas” de sandía, o enviar un “girasol” que incluya una rodaja de naranja con “pétalos” de fresa.

Para una buena salud, no solo basta una buena alimentación.

Si bien una buena alimentación ayuda a mantener una buena salud, la interacción de nuestros niños, niñas y adolescentes puede derivar en algunas enfermedades, como por ejemplo la gripe estacional. En el caso de los más pequeños, la escuela significa su primer contacto más allá del círculo cercano, por lo que es común entrar en contacto con virus o bacterias que provocarán el desarrollo de una enfermedad.

La práctica de deportes, actividades artísticas o el transporte hacia los centros educativos conllevan un nivel de riesgo. Es por esto por lo que, para la seguridad de ellos, la tranquilidad de sus padres y para incentivar un desarrollo y crecimiento adecuado de nuestros hijos, es importante contar con un plan de medicina prepagada, que cubra la atención médica cuando ellos lo necesiten.

Salud S.A cuenta con diferentes planes de atención médica, como el Plan Privilegio 7-7D (con cobertura nacional e internacional), el Plan Élite 5-5D, con una cobertura nacional de 100.000 USD o el Plan 4-4D, mismo que incluye la cobertura del 100% en emergencias médicas.

Más información puedes encontrarla en www.saludsa.com.

La familia es el principal tesoro que tenemos, y el desarrollo integral de nuestros niños, niñas y adolescentes no solo es beneficioso para ellos, es la principal garantía de una mejor sociedad en el futuro. Preocuparnos por su salud es una inversión que nos beneficia a todos.