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Una dieta equilibrada y variada es fundamental para mantener una buena salud y controlar enfermedades como la diabetes y la hipertensión, las cuales tienen sus particularidades al momento de definir un plan alimenticio.
Para manejar la diabetes, la persona debe cambiar el tipo y la cantidad de comida que ingiere a través de un plan alimenticio desarrollado con su médico de cabecera y con un nutricionista, donde se considera un balance entre las diferentes fuentes de nutrientes, el objetivo es mantener un peso saludable, mejorar la cantidad de azúcar en la sangre, mantener en niveles normales a los lípidos como el colesterol y manejar cifras optimas de la presión arterial.
A parte de contabilizar los carbohidratos a la hora de comer, la American Diabetes Association ha identificado el método del plato para planificar las comidas:
Reducir el sodio (sal), para bajar la presión arterial. El cuerpo, normalmente, requiere pocas cantidades de sal al día, menos de 3 gramos (poco menos que 1 cucharadita rasa); con una dieta con bajo nivel de sodio no se debe consumir más de 2.3 gramos (poco menos que media cucharadita rasa) a lo largo del día y con todos los alimentos ingeridos. La cantidad ideal para cada paciente con hipertensión debe ser definida con el médico.
Consumir más frutas, vegetales y legumbres, ayuda a controlar la presión arterial tanto alta como baja. Es importante aprovechar los beneficios de los nutrientes como el potasio, vitaminas y fibra.
Comer más fibra, se sabe ayuda a disminuir la presión arterial. Es recomendado consumir entre 20 y 35 gramos al día (aproximadamente 3/8 de taza). Prefiera alimentos con granos enteros y evite los alimentos preparados con harinas blancas o pasta.
Comer más pescado, por sus propiedades y porque, junto a una rutina de ejercicios, puede ayudar a reducir la presión arterial.
Consumir buenas grasas, es decir, las grasas monoinsaturadas, las cuales se encuentran en el aceite de oliva o canola, y en frutos secos como en almendras, nueces y semillas de girasol.
Controlar el consumo de cafeína, ya que esta puede incrementar la presión arterial de manera temporal. Se encuentra en varias bebidas como el café, ciertos refrescos, chocolate, energizantes, entre otras. Lo adecuado para una persona con hipertensión es consumir de forma moderada la cantidad de este compuesto al día, con menos de 2 tazas.
Evitar el consumo de bebidas alcohólicas, las cuales aumentan el riesgo de incrementar la presión arterial mientras más se consumen. Una bebida puede ser: 5 oz de vino, 1 oz de licor fuerte, 12 oz de cerveza.
Averiguar con el medico sobre el Plan de alimentación DASH (Dietary Approaches to Stop Hypertension), un plan que se ha visto ayuda a disminuir significativamente la presión arterial y que combina muchas de las recomendaciones antes mencionadas, con un alto contenido de frutas, verduras y bajo en grasas, sodio y fibra.
La diabetes y la hipertensión arterial son enfermedades crónicas, sin embargo podemos prevenir (evitar que aparezcan), podemos disminuir su impacto (una vez que ya tenemos la enfermedad) y en algunos casos evitar el consumo de fármacos, con un estilo de vida saludable dentro del cual la alimentación es fundamental.
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