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Una realidad es que el cáncer de mama afecta a una de cada ocho mujeres. Lo que es un mito, en cambio, es que los hombres no sufren esta enfermedad. Aunque el un número de afectados es mucho menor en el género masculino, sí es una enfermedad que les afecta. Este es solo uno de los mitos frente al cáncer de mama que hay que derrumbar para generar conciencia real sobre la afectación de esta enfermedad en las personas. 

Aunque el cáncer de mama es mucho más común en las mujeres, los hombres también pueden padecerlo. Ocurre con mayor frecuencia entre los hombres de 60 y 70 años y solo representa el 1%, pero igual pueden padecerlo. La mayoría de los hombres con cáncer de seno, presentan bultos y podrían presentar pezón rojo, piel escamosa, secreción líquida o un entorno de piel con hoyuelos o arrugada. 

Mitos en el cáncer de mama

Solo desarrolla cáncer de mama si se tienen antecedentes familiares

Este es otro mito. El cáncer no siempre es hereditario. La mayor parte de los tumores malignos de mama se presentan en mujeres que no tienen antecedentes familiares. De todas maneras, aquellas que sí los poseen, tienen un riesgo mayor de desarrollar la enfermedad, por eso son tan importantes los controles prematuros.

Los jóvenes no sufren cáncer de mama

Otro de los mitos más sonados en este tipo de enfermedad es que los jóvenes no la padecen. Hace décadas esta enfermedad no era un amenaza para los meas jóvenes pero los cambios de hábitos como la postergación de la maternidad, sedentarismo, alimentación inconsciente, entre otros factores, hacen que haya un aumento progresivo en la incidencia de esta enfermedad en América Latina. 

Los antitranspirantes generan cáncer de mama

Hasta ahora no hay evidencia científica que respalde que el uso de antitranspirantes sean la causa del cáncer de mama. 

El ejercicio no ayuda a disminuir el riesgo

Hay evidencia científica que refleja que quienes realizan actividad física moderada a enérgica reducen entre 30% y 40% las posibilidades de desarrollar esta enfermedad. Lo interesante es que el ejercicio incluso ayuda a mujeres con antecedentes familiares, por lo que quienes tengan más predisposición genética, reducen el riesgo yendo al gimnasio, corriendo, escalando montañas, saliendo en bicicleta, o cualquier otro ejercicio.

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