Muchas veces has escuchado hablar sobre la importancia de la potabilización del agua, o sobre acciones para mejorar las condiciones para su consumo. Si bien en la mayor parte de ciudades grandes cuentan con la infraestructura para garantizar agua para consumo humano, ese no es el caso de ciertos sectores o del agua de ríos o lugares con presencia de animales de granja.
Una de las bacterias que contamina el agua y afecta al ser humano y animales es la leptospira, tiene potencial de transformarse en una epidemia y cuenta con más de 200 variedades serológicas. Los seres humanos se contagian de leptospirosis cuando tiene contacto directo con la orina de animales infectados, misma que por lo general está presente en el agua.
La leptospirosis se presenta desde una forma leve a un cuadro grave y en algunas ocasiones fatal. Identificar claramente esta enfermedad es esencial, para evitar que brotes que puedan derivar en epidemias.
1. ¿Cuál es la situación de esta enfermedad a nivel mundial y en Ecuador?
3. Evolución de la enfermedad.
6. ¿Cómo se puede prevenir esta enfermedad?
Esta enfermedad se produce principalmente en zonas tropicales y subtropicales, y se estima que a nivel mundial cada año se producen 1’000.000 de nuevos casos, y aproximadamente 60.000 muertes. Esta enfermedad aparece después de la temporada de lluvia torrencial, en inundaciones en áreas endémicas, especialmente en zonas de malas condiciones sanitarias y de vivienda.
En Ecuador, esta enfermedad se vigila debido a que es potencialmente causa de enfermedad grave o muerte. De acuerdo con el reporte del sistema de vigilancia epidemiológica del Ministerio de Salud, hasta el 12 de marzo se registraron 54 casos, distribuidos de la siguiente manera: 31 en Guayas, 9 en Manabí y 5 en Santo Domingo de los Tsáchilas. Adicionalmente, existe un fallecido por esta enfermedad. Vale indicar que en todo el año 2022, se registraron 132 casos a nivel nacional, por lo que el incremento actual muestra un patrón inusual.
Al ser una enfermedad altamente contagiosa en esta temporada, es importante estar atentos a la información oficial, y participar en las actividades de prevención. Aquí te contamos cómo se transmite esta enfermedad, cómo evoluciona, quienes son más vulnerables a contraerla, su tratamiento y prevención.
Transmisión:
La bacteria se propaga a través de la orina de animales infectados (perros, roedores, ganado, caballos, animales silvestres), la cual puede vivir semanas en el agua o la tierra afectada por la orina.
Cuando existe contacto directo con la orina o los líquidos infectados, se produce la transmisión, sea a través de la ingesta de agua o el contacto directo con tierra mojada e infectada por la orina.
También se puede producir por ingerir alimentos que hayan entrado en contacto con agua contaminada.
La transmisión se produce a través de las membranas mucosas, la conjuntiva y cortes o abrasiones en la piel. En el caso de transmisión entre humanos, las relaciones sexuales y la lactancia son las principales vías de contagio. Otra actividad de alto riesgo incluye caminar, sin protección, por agua estancada en inundaciones, que tiene altas probabilidades de estar contaminada.
Evolución de la enfermedad:
El período de incubación es de 2 a 30 días, y la mayor parte de los síntomas comienzan a aparecer entre los 5 y 14 días después de la exposición. Aproximadamente el 90% de los casos donde se presentan síntomas existe fiebre, y el 10% evoluciona a una enfermedad grave y potencialmente mortal, con afectación a varios órganos.
Además, la enfermedad se presenta en cuatro categorías clínicas amplias:
Al inicio, los síntomas no son específicos de la enfermedad, y pueden ser considerados como otra dolencia tropical (dengue u otras fiebres hemorrágicas), por lo que se necesitan exámenes específicos para dar con el diagnóstico preciso a través de pruebas de laboratorio.
Los síntomas iniciales pueden incluir:
Si ha estado en contacto con agua empozada, o ha bebido agua de lugares sin potabilización o directo de ríos o sospecha de estar infectado, asista a una casa de salud para realizarse los exámenes pertinentes.
Son más propensos a contraer esta enfermedad los veterinarios (por la manipulación de animales que pueden ser portadores de esta enfermedad), trabajadores de la salud, bomberos y agentes de seguridad y de control de riesgo, que al desplazarse a lugares donde se han registrado inundaciones, pueden entrar en contacto con agua contaminada, personas que viven en condiciones deficientes de higiene, sin agua potable ni alcantarillado adecuado, trabajadores de camales, mineros, trabajadores de granjas y plantas lecheras.
Por lo general, las perspectivas de recuperación son positivas, y se recomendará la aplicación de antibióticos como la ampicilina, azitromicina, ceftriaxona, doxiciclina y penicilina.
Los casos complicados o graves pueden necesitar tratamiento complementario y posiblemente el ingreso a una Unidad de Cuidados Intensivos en un hospital.
Si tienes animales en casa, es importante estar al día con sus vacunas.
Evitar el contacto con orina de animales, principalmente cuando se tienen cortes en la piel.
Si se tiene que estar en contacto con agua inundada, contar con los implementos de protección necesarios, tales como botas de caucho de caña alta, y protectores para ojos y nariz.
Hervir el agua, principalmente en poblaciones que no cuentan con infraestructura cómo alcantarillado y agua potable, y si decides acampar en zonas alejadas, llevar pastillas para purificar el agua.
Y no olvides que para la mejor inversión para cuidar de tu salud y evitar complicaciones en caso de sospechas de contagio de leptospirosis, debes contar con un plan de medicina prepagada, que te permita acceder a consultas ambulatorias, consultas médicas y hospitalización en donde quiera que estes, incluyendo seguros de viaje que te permitan visitar lugares tropicales y subtropicales con la garantía de que vas protegido.
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