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El COVID-19 es de esas enfermedades que no decrece y sus estadísticas preocupan, incluso un año después de declararse la pandemia. Recordemos que el 29 de febrero de 2020 se confirmó el primer caso de coronavirus en Ecuador y el 13 de marzo de 2020 se activó el protocolo de emergencia para la coordinación de las atenciones. Estamos finalizando marzo de 2021 y las noticias solo reflejan falta de camas en UCI (Unidad de Cuidados Intensivos), por lo que la consigna sigue siendo: usar mascarilla, lavado de manos frecuente, aplicar distanciamiento social y salir lo menos posible de casa.
El COVID-19, un año después, no da tregua y los hospitales siguen llenos con pacientes que enfrentan este virus respiratorio. En el último mes (entre febrero y marzo de 2021) los contagiados incrementaron un 26%; los casos acumulados que estaban en 258.282 pasaron a 325.124. es decir ha habido un crecimiento de 68.009 casos en solo un mes. Ha habido días donde el pico crece de forma desmedida, ya que el promedio diario es de 1334 pero el 24 de marzo, por ejemplo, superó los 3.200 casos.
El 18 de marzo de 2021 en Guayaquil se realizó el conversatorio: "Un año después del COVID-19 y las lecciones que deja la pandemia", con médicos especialistas que han estado al frente de esta situación. Los profesionales de la salud han aprendido bastante este año en el manejo de pacientes, ya que al inicio solo existía información no verificada y mucha shipotesis sobre qué era el virus y cómo atacaba. Aún falta conocimiento, pero hoy los médicos tienen más conocimiento, aunque eso no es excusa para salir a fiestas o aglomeraciones y contagiarse.
La vacuna en Ecuador aún es escasa y la priorización es para el personal de primera línea en salud y personas que no han dejado de trabajar para que las ciudades funcionen durante la pandemia: recolectores de basura, personal de aseo y otros similares.
También se comenzó la vacunación para personas mayores de 65 años, que se encuentra en proceso. Sin embargo, al ponerse la vacuna no quiere decir que la persona queda totalmente inmunizada, ya que debe esperar la segunda dosis y que ésta haga efecto. Además la vacuna funciona para reducir el número de casos, pero es necesario seguirse cuidando del virus usando mascarilla y evitando aglomeraciones, porque hay nuevas variantes de coronavirus, que podrían afectar.
En este punto no está de más decir que es clave seguir las indicaciones, que no suelen ser tan complicadas. Es difícil no salir de vacaciones y dejar de ver a la familia, pero es más duro ver a alguien que se ama intubado por varios días en una UCI sin tener certeza de cómo y cuándo tendrá el alta.
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