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¿Qué es, para qué sirve y cómo utilizar el glucómetro?

Written by Saludsa | Sep 13, 2023 3:53:03 PM

 

El control de ciertas enfermedades crónicas es fundamental para llevar una vida normal, evitando que los efectos de estas dolencias se vuelvan un impedimento en nuestras vidas. La diabetes es un tipo de enfermedad que requiere de un seguimiento continuo, y para esto disponemos no solo de un registro de actividades diarias o de nuestra dieta, también podemos apoyarnos en algunos dispositivos, entre ellos, el glucómetro.

 

¿Qué es el glucómetro?

Es un aparato que sirve para medir el nivel de glucosa de sangre capilar  (pinchazo en el dedo) de manera instantánea, y así poder contrastar entre los parámetros normales y la medición realizada.

Este usa una gota de sangre capilar para evaluar los niveles de glucosa durante el día. La toma de la medida depende tanto del tipo de diabetes que se padece, como del estado de salud del paciente.

 

La medición de los niveles de glucosa es fundamental, ya que proporciona información útil para el control de la diabetes. Ayuda al paciente a:

  • Controlar el efecto de los medicamentos para la diabetes sobre los niveles de glucosa sanguínea.
  • Identificar los niveles de glucosa altos o bajos, y ponerlos en conocimiento del médico tratante.
  • Seguir con el proceso encaminado a obtener objetivos generales de tratamiento.
  • Conocer de qué forma la alimentación y el ejercicio afectan los niveles de glucosa sanguínea.
  • Comprender cómo otros factores, como la ansiedad o el estrés, inciden en los niveles de glucosa en la sangre.

 

¿Cómo funciona?

Todo el dispositivo está compuesto de las tiras, las lancetas y el aparato para la medición. El glucómetro mide la glucemia según la intensidad de la descarga eléctrica detectada en la tira.

Esta reacción se produce cuando la sangre entra en contacto con las enzimas que contiene la tira, mismas que oxidan la glucosa y liberan electrones que generan una micro corriente eléctrica que nos dice el nivel de glucosa en sangre.

Pasos a seguir.

1. Se debe obtener una tira reactiva, la lanceta y el glucómetro para la medición.

 

2. Activamos el glucómetro y se coloca la tira en la ranura correspondiente.

 

3. Por lo general, se obtiene la muestra de sangre de uno de los dedos, mismo que deberá estar limpio, lavándolo con agua y jabón, sin usar alcohol ni ningún otro tipo de desinfectante de manos. A través del uso de la lanceta, se realiza un pinchazo, y es necesario apretar ambos lados del dedo para que la gota salga.

 

4. Cuando obtenemos la gota, colocamos en el lugar indicado en la tira, para que esta la absorba y pueda medir la glucosa.

El glucómetro emitirá un sonido, indicando que contiene una muestra suficiente para dar su resultado en un lapso entre 5 a 10 segundos.

 

5. Dependiendo el dispositivo, el resultado se grabará en el dispositivo. Si no permite su almacenamiento, toma nota de la hora y el resultado obtenido.

 

6. Una vez registrado, desecha la lanceta y la tira reactiva. Recuerda que ambos suministros son de un solo uso.

 

Si bien estos pasos son generales, es importante que revises el manual de usuario del glucómetro, ya que algunas especificaciones pueden cambiar por la antigüedad del dispositivo y la marca.

 

Aquí podrás encontrar un video sencillo, donde podrás observar todos los pasos para realizar la medición.

 

 

Interpretación de los valores:

Los parámetros de medición utilizados por el glucómetro son “milimol por litro” (mmol/L) o “miligramo por decilitro” (mg/dL). En el caso de la primera, mide la cantidad de una sustancia en una solución. Esta mide la concentración de glucosa. En la segunda, el decilitro es un medida común del volumen, y es posible transformar el valor de mmol/L a mg/dL a través de la siguiente tabla:

 

Es decir que, si el valor indicado por el glucómetro es de 10 mmol/L, el equivalente será de 180 mg/dL.

 

Niveles normales de glucosa en la sangre:

Los niveles dependen del momento del día en el que se toma la muestra y si se ha realizado ingesta de alimentos. Estos se describen a continuación:

 

En ayunas:

Esta medida se la realiza en la mañana, cuando no se ha realizado ningún tipo de ingesta de alimentos en la noche. Los valores de iguales o menores a 99 mg/dL son normales. Los de 100 a 125 mg/dL indican prediabetes y los que son iguales o mayores a 126 mg/dL indican la existencia de diabetes.

En una prueba de tolerancia a la glucosa:

Posterior a una evaluación en ayunas, se realiza la ingesta de un líquido, y se observarán los resultados de una muestra de sangre en 1, 2 y posiblemente 3 horas después. En este caso, los valores menores o iguales a 140 mg/dL al cabo de dos horas son considerados normales, los valores entre 141 a 199 mg/dL indican prediabetes, y los superiores a 200 mg/dL son un indicativo de diabetes.

Prueba de sangre no programada:

Se puede realizar en cualquier momento del día. Si estas arrojan un resultado mayor de 200 mg/dL, indican que existe diabetes.

 

Si usted padece diabetes, su médico le recomendará la realización de análisis de glucosa a lo largo del día. En este link puede encontrar información del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos acerca del monitoreo de los niveles de azúcar en la sangre.

 

Cómo mejorar los niveles de glucosa en la sangre:

Si ya padeces diabetes, es importante consultar a tu médico acerca de las metas de niveles de glucosa en la sangre, así como las acciones que debes considerar.

A continuación, podrás encontrar 14 recomendaciones para mejorar tus niveles de azúcar:

 

1. Realizar ejercicio regularmente.

2. Controlar la ingesta de carbohidratos almidonados como la papa, yuca, arroz, entre otros.

3. Incrementar la ingesta rica de fibra.

4. Beber agua y permanecer hidratado.

5. Controlar las porciones de comida.

6. Incrementar el consumo de pescado, carne, huevos, cereales, cebada, fréjol, lentejas, legumbres, camote, frutas y vegetales sin almidón.

7. Controlar los niveles de estrés.

8. Monitorear los niveles de azúcar en la sangre.

9. Duerme lo suficiente.

10. Ingiere más granos enteros, cereales altos en salvado, arvejas y brócoli.