Desde hace aproximadamente inicios de octubre, se ha generado un movimiento inusual en los hospitales pediátricos y centros médicos especializados en la salud de niños, niñas y adolescentes en Estados Unidos, Uruguay, Chile, Argentina y Brasil.
Un conjunto de virus respiratorios está provocando una “tripledemia”, es decir, la coexistencia de tres epidemias a la vez: La influenza tipo A (con dos variantes que provocan la llamada “Gripe Porcina”), el Virus Respiratorio Sincitial (VRS) y un Covid 19 más contagioso, pero con una muy reducida capacidad letal.
Si bien esta combinación de virus en el ambiente ha generado muchas preocupaciones, en la mayoría de las personas genera una molestia que con medicamentos y días de reposo se puede superar. Quienes tienen problemas inmunológicos, son adultos mayores o recién nacidos son particularmente vulnerables a estas infecciones, y deben tener mayor cuidado para evitar los contagios.
En el caso del Covid -19, todos conocemos las características de esta enfermedad. Sin embargo, las nuevas variantes BQ.1 y BQ.1.1 le dificultan al sistema inmunológico su detección y neutralización, lo que le da mayor capacidad de contagio, aunque la evidencia presentada en países como Francia o Estados Unidos, indica que estas variantes son menos letales, ya que no se registra un incremento en hospitalizaciones y fallecimientos por causa del virus. Los síntomas son similares a los de Omicron, ya que ambas mutaciones tienen como origen esa variante.
En el caso de la Influenza tipo A, esta enfermedad proviene del virus conocido como el de la “Gripe Porcina”. Este virus es estacional, es decir, aparece en determinadas épocas del año, principalmente en las más frías, como es el caso del otoño en el hemisferio norte. Actualmente es el de mayor circulación en Estados Unidos, y se estima que, del 1 al 29 de octubre de 2022, entre 1’600.000 y 3’700.000 estadounidenses se infectaron con este virus. Sin embargo, su letalidad es muy baja.
Y el Virus Respiratorio Sincitial es una enfermedad viral común sobre todo en niños entre 1 y 5 años. Este provoca un problema muy similar al resfriado, y se estima que la mayor parte de los niños lo han contraído hasta los 2 años, producto del contacto con su entorno. En el caso de bebés hasta el primer año, adultos mayores de 65 años y personas con problemas en su sistema inmune, esta enfermedad puede provocar bronquiolitis y neumonía.
El tratamiento para estas enfermedades, al ser virales, incluyen el control de la fiebre, el malestar, la ingesta abundante de líquidos y el control de la temperatura y saturación de oxígeno. Si no se presentan mejoras en un tiempo promedio de una semana, es importante consultar con un médico sobre las acciones a tomar para superar estas enfermedades.
Bajo ningún concepto se puede automedicar o asumir la existencia de uno de estos virus
Todas estas enfermedades se contagian a través del contacto con gotas de saliva provenientes del portador del virus, mismas que pueden diseminarse a través de estornudos o tos. En el caso de la Influenza tipo A, también se pueden registrar infecciones de cerdos a humanos, a través del contacto con fluidos del animal o tocando con sus manos superficies donde se encontraban animales infectados, y después llevarse las manos a las mucosas de la nariz, ojos y boca.
Las restricciones derivadas de la pandemia del Covid 19, obligaron a que evitemos el contacto físico con compañeros de escuela, de trabajo o familiares. Estas medidas, a la par que evitaron que nos contagiemos de Covid-19, también influyeron para que el cuerpo deje de desarrollar
anticuerpos para combatir infecciones respiratorias comunes como la Influenza o el Virus Respiratorio Sincitial.
Una vez que las restricciones han desaparecido en la mayor parte de países, estamos frente a una nueva circulación de virus que afectan al sistema respiratorio. En el caso de los niños con edades mayores a 2 años y que presentan cuadros de VRS, se debe a que no desarrollaron anticuerpos contra esta enfermedad, debido a que su contacto social fue reducido entre 2020 y 2021.
Si bien las tres enfermedades registran bajos niveles de mortalidad y hospitalización, existe el riesgo de una nueva saturación del sistema de salud para atender a pacientes con estas dolencias.
En el caso del Covid 19, la inoculación del esquema de vacunación completo (dos dosis) y de la(s) dosis de refuerzo protegen no solo de desarrollar cuadros clínicos graves, también permiten reducir las probabilidades de contagio.
Sin embargo, y ante la eliminación o flexibilización de las restricciones en la mayor parte de países, se recomienda continuar con el lavado frecuente de manos y uso de mascarillas en espacios cerrados.
Para prevenir los contagios por Influenza tipo A, se puede acceder a las vacunas contra la gripe, mismas que son inoculadas cada año, previa al otoño e invierno. Estas, permiten una reducción de casos entre un 40% a 60%.
Y en el caso del VRS, al ser un virus altamente contagioso y que se propaga principalmente en guarderías, jardín de infantes y escuelas, la prevención incluye el lavado frecuente de manos por más de 20 segundos, evitar que los niños asistan a clases o a otras actividades grupales en caso de presentar síntomas y en caso de presentarse un caso en el salón de clase, utilizar mascarillas.
Actualmente no se dispone de una vacuna para esta enfermedad.
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Toma en cuenta que, en el Ecuador, la temporada de lluvias ya empezó, y virus como la gripe pueden hacerse presente.
Además, el Covid-19 aún no ha terminado, y es mejor estar preparados ante cualquier eventualidad que pueda poner en riesgo tu salud y la de quienes más amas.