La presión ocular es clave para identificar potenciales enfermedades en el ojo, que pueden llegar hasta la pérdida de visión. En la presión ocular se mide en milímetros de mercurio (mm Hg) y la presión de este órgano varía entre 12 y 22 mm Hg. Si supera los 22 es un rango superior al normal por lo que hay que evaluar si la persona tiene indicios de glaucoma y si no es así podría ser: hipertensión ocular.
En la hipertensión ocular es fácil confundirse con la tensión alta que se detecta con tensiómetro que se coloca en la parte superior del brazo y se infla para detener el flujo sanguíneo en la arteria y sacar valores según el bombeo de sangre. Este valor no tiene nada que ver con la presión ocular que usa un tonómetro que es el instrumento que usa una pequeña corriente de aire para aplanar la córnea y así determinar la presión intraocular.
Las personas que reciban un diagnóstico de presión ocular elevada deben someterse a exámenes oculares integrales y periódicos realizados por un oftalmólogo profesional a fin de controlar la presencia de signos que indiquen la aparición de glaucoma.
El glaucoma es una enfermedad ocular compleja que presenta varios factores que la desencadenan como el daño en el nervio óptico y pérdida del campo visual. Si bien la presión dentro del ojo (llamada presión intraocular o PIO) puede ser un indicador, no todos los diagnósticos de glaucoma la tienen. Sin embargo, realizarse chequeos preventivos para identificar la presión ocular es clave para mantener la salud de los ojos.
Ya sabemos que no siempre la presión ocular alta va de la mano de un diagnóstico de glaucoma positivo, pero muchas veces sí tiene que ver. El glaucoma es un grupo de afecciones oculares que afectan el nervio óptico, que es clave para el buen funcionamiento del ojo. Por lo que el glaucoma es una de las principales causas de ceguera, en especial si es una persona que jamás se realiza chequeos de rutina, como explica esta nota sobre el Glaucoma de la Clínica Mayo.
Lo grave del glaucoma es que no suele presentar signos de advertencia y cuando ya se ha un chequeo, la persona puede presentar un cuadro avanzado en el que está próximo a perder la vista, por lo que es clave realizarse chequeos de rutina, al menos una vez al año para saber cómo está la presión y si hay algún nervio óptico afectado.
Al presentar glaucoma avanzado es difícil hacer un tratamiento retroactivo para recuperar la vista, por lo que es necesario detectarlo a tiempo para acceder a un tratamiento no invasivo que no afecte este órgano tan importante para las personas.
El cáncer ocular es poco común. Se trata de una afectación en las partes externas del ojo como párpados, que se forman por músculos, piel y nervios. Si la afección comienza en el interior del ojo se denomina cáncer intraocular y si se da en las células de la retina -que es común en niños- se llama retinoblastoma. Cuando se da cáncer en el ojo, éste puede regarse a otros lados del cuerpo. El tratamiento para el cáncer ocular puede requerir cirugía, radioterapia, tratamiento con láser, entre otros.
La visita al oftalmólogo dependerá de la edad de la persona. En la infancia es importante que los padres lleven al niño a los cinco años para corroborar su desarrollo e identificar si necesita algún tipo de lentes para estudiar, en especial en un mundo sobre expuesto a pantallas de computadoras, celulares y videojuegos.
Cuando el niño llega a la pubertad se recomienda visitar al oftalmólogo cada 2 años, para identificar su desarrollo visual hacia una etapa más adulta, y en especial para detectar si existiera algún daño en caso de padecer diabetes,
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Ya en la edad adulta es oportuno visitar una vez cada tres años (solo por rutina), solo para medir la presión ocular e identificar cualquier problemática que exista. A los 40 es necesario implementar chequeos anuales de rutina para medir la presión y cualquier anomalía.