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El amor es un estimulante para una buena calidad de vida. No solo permite estrechar relaciones humanas, interactuar con otros para conocernos mejor a nosotros mismos y al otro, también genera interacciones cerebrales que generan bienestar.
Y el bienestar está relacionado con la salud, ya que este último es parte de una serie de factores que generan estabilidad, tranquilidad y estos inciden directamente en el ritmo cardíaco, los niveles de serotonina y la estabilidad mental.
Aquí te contamos como el amor, incide en tu salud.
No son las “mariposas en la panza”, son hormonas que funcionan como neurotransmisores.
Todos quienes se han enamorado alguna vez, y este proceso conlleva sentimientos intensos, caóticos, incluso más de uno hemos sentido como el corazón se acelera o el estómago nos suena cuando estamos cerca de esa persona especial.
Pero todo esto se debe a que una vez que nos gusta alguien, el cuerpo comienza a segregar compuestos químicos en grandes cantidades, y éstos nos pueden hacer sentir un subidón de energía, excitación y felicidad.
Pero si el hecho es doloroso, genera un bajón que toma algunos días en recuperarse.
Una de estas sustancias es la dopamina. Este es un neurotransmisor (molécula) que se encarga de enviar un mensaje desde las neuronas que lo producen hacia otras células. Incluye en el movimiento gastrointestinal, la liberación de hormonas, la presión arterial e incluso en la actividad de las células del sistema inmunitario.
Esta hormona proporciona placer y relajación, y está relacionada directamente con los procesos de memoria y aprendizaje. Es por esto que, por lo general, todos los recuerdos nos evocan una emoción particular. En contraparte, la baja producción de esta hormona ocasiona anhedonia, uno de los síntomas más característicos de la depresión, y el déficit de dopamina es la causa del Parkinson.
Por eso, las sensaciones relacionadas con el amor, obedecen a procesos químicos del cerebro. Esto no significa que para decir lo que sientas debas esperar a medir tus niveles de dopamina, sino más bien, deja que tu dopamina trabaje por ti y haga sentir especial a la otra persona.
Las endorfinas también cumplen un rol especial en el enamoramiento, ya que son las encargadas de cambiar nuestro estado de ánimo y cumplen con un rol analgésico para nuestro cerebro. Las caricias, besos y abrazos estimulan la descarga de endorfinas. Es por eso que el amor genera esa sensación de bienestar y paz, las endorfinas que producimos cuando estamos con quienes amamos cumplen la función de eliminar el dolor y la tensión.
Por su lado, la oxitocina aumenta la empatía y la confianza, regula la frecuencia cardíaca, disminuye la presión arterial, el estrés y la predisposición a adicciones. Esta es conocida como la “hormona del amor”, y se libera en momentos placenteros, relacionados con las personas con las que sentimos apego. Es por eso que, más que “tener el corazón contento, y lleno de alegría”, tenemos grandes concentraciones de oxitocina en el cuerpo cuando nos enamoramos.
Cuando decimos que “existe química” entre dos personas que se atraen, realmente estamos en lo cierto. Conocer cómo funciona nuestro cuerpo ante el enamoramiento, nos permitirá también controlar mejor nuestras emociones.
Considerando la segregación de los neurotransmisores del amor, los efectos que tiene el amor en la salud mental son el incremento de la autoestima, la reducción del estrés y la depresión, adicional que causan un sueño placentero.
Además, el amor reduce la producción de cortisol, una sustancia relacionada con el incremento de la tensión arterial, reduciendo el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Necesitamos mover más músculos para enfadarnos, que para sonreír.
Para sonreír necesitamos mover entre 12 y 17 músculos, dependiendo de la sonrisa y su intensidad. Al mismo tiempo, sonreír genera que el cerebro libere adrenalina y el resto de hormonas de la felicidad.
Mientras que para mostrar nuestro enojo, necesitamos 34 músculos.
Sonreír mejora nuestro estado de ánimo, coopera con nuestras interacciones sociales y sobre todo, no demanda tanta energía.
Estar solo incrementa las posibilidades de fallecer.
Aunque parezca broma, estar soltero incrementa las posibilidades de sufrir un accidente cardiovascular.
Divorciados, solteros y viudos presentan un 42% más de riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, entre ellas un infarto o un ictus.
Una relación sentimental estable, reduce las probabilidades de sufrir una de estas enfermedades.
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Uno de los factores que pueden incidir en el incremento o no de las probabilidades, es que la compañía puede ayudar a mejorar la periodicidad y consumo de medicinas necesarias para evitar cuadros clínicos más complicados. Si a estos factores le agregamos la producción de neurotransmisores, podemos afirmar que amar siempre será una buena opción para nuestra salud.
En el cuidado de tu salud, nunca estarás solo. Recuerda que en Saludsa nos preocupamos por tu bienestar, y queremos ayudarte a tener la tranquilidad de que tu y quienes amas están protegidos con un plan de medicina prepagada, que te ayudarán a identificar cualquier problema de salud con controles previos y adecuados.
Amores son acciones y no buenas razones, y por eso, te invitamos a consultar sobre nuestros planes para cuidar de quienes amas.
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