La prematuridad es un problema bastante habitual entre los recién nacidos. Incluso en Ecuador, uno de los países con las tasas más bajas del mundo, alrededor del 5% de los bebés nacen prematuros.
En la mayoría de los casos, con una atención médica adecuada, este tipo de nacimientos no deja secuelas en el bebé. Sin embargo, no por eso deja de ser una situación riesgosa y angustiante, que puede acarrear ciertas complicaciones e incluso la muerte. Precisamente por eso, y aprovechando que en noviembre se conmemora el Día Mundial del Niño Prematuro, desde Saludsa queremos informar a nuestro público sobre los detalles más relevantes de este tipo de casos.
El significado de prematuro es bastante amplio. En general, se lo utiliza para referirse a todo nacimiento ocurrido antes de las 40 semanas de gestación. Sin embargo, esto engloba condiciones bastante diferentes entre sí. Por eso la OMS divide a los bebés prematuros en tres grupos, en función de la cantidad de tiempo de gestación:
La inmensa mayoría de los bebés nacidos después de la semana 30 no presenta ningún tipo de problema a largo plazo, aunque para esto es importante que cuenten con atención médica adecuada después del parto.
Existen algunos elementos que aumentan la probabilidad de un parto prematuro. Entre ellos están, por ejemplo, los embarazos múltiples (gemelos o mellizos), la diabetes, o la hipertensión. El estrés, el tabaquismo y algunas infecciones también parecen reducir el tiempo del embarazo. Sin embargo, es importante destacar que la mayoría de los nacimientos prematuros ocurre de forma espontánea, por lo que no es sencillo predecirlos. La mejor forma de manejar estos casos es con prevención y con una buena infraestructura de cuidado al momento del parto.
Un bebé que es prematuro afronta dos grupos de complicaciones. Por un lado, están las complicaciones a corto plazo, es decir, aquellas que se afrontan inmediatamente después del parto, en la unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN). Entre ellas podemos encontrar:
Por otro lado, también existen complicaciones a largo plazo, que pueden afectar la vida del niño en general. Los trastornos asociados a la prematuridad son raros, pero no imposibles. Entre ellos, los más comunes son:
Tener un hijo nacido antes de término puede ser una fuente de mucho estrés para los padres. Gran parte de esa ansiedad tiene que ver con que los bebés prematuros son llevados a una unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN), donde reciben la atención médica que necesitan. Allí, el contacto con los padres es reducido, y ese distanciamiento puede generar una sensación de inseguridad.
En primer lugar, lo más importante es prestar atención a las indicaciones del neonatólogo, que es el médico especializado en este tipo de trastornos. En general, es posible —y recomendable— que los padres participen de algunas de las actividades dentro de la UCIN. La técnica de la “madre canguro”, que involucra sostener al bebé pegado a la piel, ha probado ser muy eficiente en prematuros moderados. Sin embargo, es importante recordar que los casos son muy distintos entre sí, por lo que quizás, si las circunstancias lo exigen, la madre no pueda alzar a su bebé durante la primera etapa de cuidado.
Informarse también es una actividad útil. La mayoría de las UCIN cuentan con algún tipo de material escrito a partir del cual los padres pueden informarse. Además, el personal médico del lugar también está en condiciones de asesorarlos. Ese tipo de fuentes de primera mano es siempre más recomendable que la información dudosa que figura en algunos portales de internet.
Los niños nacidos antes de término suelen requerir algún tipo de cuidado especial, por lo que es muy común que pasen más tiempo en el hospital después del parto. Allí pueden atravesar procedimientos muy diversos, desde ventiladores auxiliares para tratar problemas respiratorios, hasta exposiciones a luz especial para tratar la ictericia. Dependiendo del caso, estos tratamientos pueden llegar a ser costosos, por lo que es recomendable contratar un plan de medicina prepaga que los incluya.
En Saludsa, contamos con distintos planes de medicina prepaga de maternidad.
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La inclusión intraútero se enfoca en ocuparse de la salud del bebé en gestación y cuando nace, incluso si nace de forma prematura, una situación que afecta la salud del bebé, a veces de la madre y el tratamiento tiene un costo tan alto, que muchas veces afecta el patrimonio de la familia.
Según un informe de Naciones Unidas, que analiza los índices de nacimientos prematuros en 184 países, Ecuador tiene 5.1% de bebés que nacen de forma prematura. . Por eso es importante contar con un plan de medicina prepagada que incluya la inclusión intraútero para cualquier eventualidad que enfrente la madre durante el embarazo y en el nacimiento.