El sistema industrial de producción y desarrollo de los países muchas veces no va de la mano con el respeto por los recursos naturales. Como la mayoría no son renovables, esto representa una amenaza real para todos nosotros.
Por ese motivo la UNESCO creó el Programa sobre el Hombre y la Biosfera, con el objetivo de crear una red mundial de biosferas y proteger esas reservas naturales. Desde Saludsa nos hemos sumado a esta noble propuesta. Nuestro aporte permite conservar y proteger una extensión de bosque lo suficientemente grande como para capturar todas las emisiones de CO2 que generamos.
Las reservas de biosferas son ecosistemas terrestres o marinos donde se busca un uso sostenible de los recursos por parte de la actividad humana. La intención es proteger su biodiversidad y alcanzar un ritmo de desarrollo que impida la destrucción de estas zonas por la mano del hombre.
En Ecuador poseemos siete reservas de biosferas, de las cuales el Chocó Andino es la séptima.
Fue oficializada por la UNESCO el 25 de julio de 2018, luego de décadas de esfuerzos e investigaciones de grupos científicos, ecológicos y gubernamentales.
La Reserva de Biosfera del Chocó Andino está ubicada en las montañas laterales de la cordillera andina, las cuales son también conocidas como los Andes Tropicales por la presencia de bosques muy húmedos (en contraste con los Andes Secos y los Andes Húmedos).
El Chocó Andino posee un área de poco más de 250.000 km². Va desde Tumbes en Perú, pasando por toda la zona noroccidental de la provincia de Pichincha, hasta subir por tierras colombianas a la selva del Darien panameña, abarcando una de las mayores biodiversidades del planeta, con las ventajas y riesgos que esto incluye.
Sin embargo, nos detenemos en el Chocó ecuatoriano porque así fue destacado por la UNESCO.
Como emblema de la fauna de esta región tenemos al oso de anteojos, pues los avistamientos de varios ejemplares demuestran una importante concentración demográfica.
Adicionalmente, la biodiversidad también se refleja en unas 700 especies de aves, más de 100 distintas especies de anfibios y 40 tipos de reptiles.
En este hábitat también se ha contabilizado una centena de mamíferos, tales como venados, pumas, osos de anteojos y el olinguito (Bassaricyon neblina), cuya fama e importancia radican en que es el último mamífero carnívoro descubierto por la ciencia, hace apenas cuatro años.
En cuanto a la flora, en la reserva hay tanto bosques a 360 msnm como páramos a 4700 msnm. Además, en toda la reserva se calculan unas 3200 especies de plantas; y la biodiversidad también incluye cuencas hídricas que dan agua a unas 900.000 personas aproximadamente, dentro de la reserva y más allá de sus límites.
Nuestro compromiso en el área de la salud va más allá de la atención directa y protección de nuestros clientes y colaboradores. Por ello nuestra previsión se extiende al auxilio de la naturaleza, mediante el apadrinamiento y protección de 2500 hectáreas del Chocó Andino del Ecuador.
En Saludsa sabemos que ser saludable va más allá de la salud física.
Por ello el resultado de nuestro apoyo se observa en:
Con este reto hemos aprendido lo importante que es reducir nuestra huella de carbono y continuar salvaguardando estas reservas de biodiversidad.
Gracias a estos esfuerzos fuimos reconocidos por tercer año consecutivo con la Certificación de Carbono Neutro.
Para nosotros es un placer compartir estos logros contigo, porque al ser parte de Saludsa también estás aportando a la preservación del medio ambiente.
¿Sabías que por cada hectárea de la Biosfera del Chocó Andino se absorben 250 toneladas de carbono? Esto quiere decir que, al igual que la Amazonia, somos un pulmón purificador para el planeta. Adicionalmente, estamos evitando que esta biosfera sea destruida por la minería, la tala y la cacería ilegales. Estamos orgullosos de ser parte de este cambio.
Nuestro objetivo a nivel nacional es promover la cultura de sostenibilidad, crear conciencia de la necesidad de conservar la biodiversidad de la región, y detener la destrucción del medio ambiente.
Al ser una zona con una de las mayores biodiversidades del planeta, nuestro compromiso traspasa las fronteras y se convierte en un deber. Por eso reducimos nuestra huella de carbono y educamos a las comunidades, demostrando así que el desarrollo sostenible y la convivencia armónica del ser humano y la naturaleza son posibles.
Aunque la UNESCO aprobó la creación de la Reserva de Biosfera del Chocó Andino, menos del 10% está protegido. Amenazas como la extracción de minerales o tala de bosques siguen vigentes.
Como consecuencia, el 68% de los bosques que están a 400 msnm, conocidos como bosques de elevación baja, han sido deforestados. Mientras tanto, los bosques de elevación media y alta también han sufrido una pérdida del 20% desde el año 2000, tal como lo demostró un estudio del Proyecto de Monitoreo de la Amazonia Andina realizado por la ONG Asociación para la Conservación de la Cuenca Amazónica (ACCA).
Frente a estos escenarios, la labor de educación en las comunidades, un trabajo de décadas, ha sido vital para lograr la aprobación de la UNESCO. Es posible frenar esas amenazas.
Lo importante es que la solicitud a la UNESCO de declarar la región Reserva de la Biosfera proviene de las mismas comunidades que habitan en la zona, lo que demuestra un alto grado de compromiso. Somos protagonistas del cambio que estamos gestando.
Un mundo verde es posible.