Luego de casi dos años de pandemia, hemos aprendido a convivir con el coronavirus y a adaptarnos cada vez más a la nueva normalidad. Sin embargo, durante los últimos meses en nuestro país se ha producido un importante relajamiento en las medidas de prevención del coronavirus.
En las últimas semanas, China volvió a confinar varias ciudades por el aumento de casos de coronavirus e instó a sus ciudadanos a abastecerse. A su vez, Rusia enfrenta una nueva ola de casos producidos por la variante delta. Mientras tanto, la OMS advierte una tasa de contagios preocupante en Europa. Allí, los casos llevan cinco semanas en alza. No hace tanto, en julio, más de un centenar de países tuvieron que cerrar sus fronteras por la avanzada de la variante delta.
Para el feriado por el Día de los Difuntos y la Independencia de Cuenca, se movilizaron más de 300.000 personas y la ocupación hotelera llegó al 100%, especialmente en los sectores del eje costero y del Austro, como Cuenca y Azogues.
En este sentido, producto de la gran movilización de personas y de la saturación de las zonas turísticas, como dijo la ministra de Salud Ximena Garzón; se estima que vendrá un nuevo rebrote. Actualmente, Ecuador se encuentra en el puesto 59 de los países con mayor cantidad de infectados por coronavirus, con más de 520.000 infectados y 32.990 muertes desde que comenzó la pandemia, según Our World in Data y JHU CSSE COVID-1.
Nuevos casos diarios confirmados de COVID-19 por millón de habitante.
Ante esta situación, debemos tener presente que los síntomas más frecuentes de coronavirus son:
Si bien mucha gente ya está preparada para retornar a la vida post-COVID, el virus todavía circula y, por lo tanto, es esencial no ignorar estos síntomas para proteger a la población que aún no está vacunada o que es más vulnerable ante el virus.
Ya casi todos sabemos que, a partir de los 14 días desde el inicio de los síntomas, el virus ya no es contagioso. En algunos lugares, el alta epidemiológica se otorga incluso 10 días después del comienzo de los síntomas.
Ahora bien, ¿en ese tiempo se logra la recuperación completa?
No necesariamente. La mayoría de los pacientes de COVID-19 presentan secuelas hasta meses después de haber recibido el alta. Algunos estudios internacionales ya apuntan a que el 58% de los afectados por COVID-19 presentarán astenia o fatiga, el 24% disnea y el 19% tos residual e incluso febrícula.
Aún en casos leves, se registran secuelas de distintos tipos. Los adultos mayores y las personas con muchas afecciones médicas graves son los que suelen presentar secuelas persistentes de COVID-19, pero incluso los jóvenes o las personas sanas pueden sentirse mal durante varias semanas o meses luego de recibir el alta por la infección. Las secuelas más comunes que persisten con el tiempo incluyen:
Estas secuelas pueden permanecer durante meses y todavía no se registran tratamientos completamente eficaces para revertirlas.
La organización de las distintas campañas de vacunación ha mejorado el panorama de posibilidades para nuestro país. Con el 62% de la población vacunada con dosis completa, todavía no se ha alcanzado el número suficiente de inmunizados para generar tranquilidad. La semana pasada, la ministra Garzón declaró: “No tenemos el 85% de la población totalmente vacunada, eso significa que no hemos alcanzado una inmunidad comunitaria. La inmunidad de rebaño no ha sido alcanzada, sin embargo, hemos visto a nivel del país que existen reuniones que sobrepasan el aforo recomendado. Ha habido eventos masivos, conciertos, fiestas, la gente se está relajando y lo que se produce son los rebrotes”.
Es así que para evitar los rebrotes debemos tener en cuenta las precauciones básicas que aprendimos durante la pandemia.
Los costos de los tratamientos de coronavirus son elevados, con valores aproximados que van desde los $300 (cuando se trata de un cuadro leve) hasta $20.000 si se llegase a requerir Unidad de Cuidados Intensivos, o $4.000 con una hospitalización regular.
En definitiva, teniendo en cuenta que se acerca fin de año y que muchos esperan poder compartir las fiestas con sus seres queridos, contar con un plan de medicina prepagada se hace indispensable para asegurarse de que, en el caso de necesitar cuidados para el COVID, se podrá contar con todo lo necesario. Es por eso que para poder estar tranquilos y disfrutar de los momentos que están por llegar, necesitamos un servicio de salud en el que podamos confiar.