La hipertensión y la diabetes pertenecen a las denominadas enfermedades no transmisibles (ENT) que cada año se diagnostican con mayor frecuencia en el mundo. Pueden ser enfermedades complejas de larga duración y de progresión lenta, crónicas y es común que una persona pueda padecer las dos al mismo tiempo.
Tanto la hipertensión primaria o esencial como ciertos tipos de diabetes no tienen cura, sin embargo, son enfermedades que pueden ser altamente manejadas tanto con el médico como por parte de las personas que las padecen. El control adecuado de los niveles de glucosa en la sangre y de la presión arterial retrasan los daños que tanto la diabetes como la hipertensión pueden generar en el organismo.
La diabetes es cuando los niveles de glucosa en la sangre, también conocido como azúcar, se encuentran elevados, y esto se produce cuando el cuerpo no produce suficiente insulina, o simplemente no la produce o no la utiliza adecuadamente, siendo la insulina necesaria para que la glucosa entre en las células, por lo tanto, se queda fuera de estas circulando en la sangre.
La glucosa es una de las fuentes importantes de energía (combustible) para las células de los músculos, tejidos y del cerebro. Las diabetes de tipo crónico que no tienen cura son el de tipo 1 y el de tipo 2, entre las más conocidas. Existe la diabetes gestacional que es potencialmente reversibles cuando esta se puede controlar.
Se presenta cuando los niveles de glucosa en la sangre son más altos de lo normal pero no suficientes para definirlo como diabetes. Su control oportuno es fundamental ya que esta es considerada la precursora de la diabetes.
En algunos casos, se presenta en la mujer durante su embarazo la cual, bien controlada durante la etapa de gestación, puede desaparecer luego del nacimiento del bebé.
Es un tipo de diabetes que se presenta con mayor frecuencia en niños y adolescentes, pero que también puede desarrollarse en adultos. Las causas de este tipo de diabetes son aún desconocidas por lo que su prevención no es posible. Se caracteriza porque el mismo sistema inmunitario del cuerpo produce la destrucción de las células beta del páncreas, originando que no se produzca insulina en el cuerpo. Siendo la insulina la hormona que se encarga de permitir el paso de la glucosa de los alimentos al interior de las células.
Quienes tienen diabetes tipo 1 deben suministrarse insulina todos los días ya sea por inyección o con el uso de una bomba de insulina conectada al cuerpo. La D1 puede generar otras enfermedades y complicaciones como del corazón y circulatorias, neuropatías (lesión en nervios), nefropatías (enfermedad renal crónica), daño en los ojos (ceguera, cataratas o glaucoma), daños en los pies, piel y boca, así como complicaciones en el embarazo (como una preeclampsia).
Es un desorden endocrino que puede afectar a cualquier persona a cualquier edad, a pesar de que tiene una mayor prevalencia en adultos y adultos mayores. Se distingue de la diabetes tipo 1 porque el cuerpo sí produce insulina en el cuerpo, pero en cantidades insuficientes a las necesarias para su correcto funcionamiento (resistencia y deficiencia de insulina).
Es una enfermedad generalmente que no tiene cura, pero sí se la puede prevenir y retrasar su aparición cuando se adoptan hábitos saludables de vida: alimentación y actividad física. Las principales complicaciones de la D2 son el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, neuropatías y, Enfermedad Renal Crónica y como consecuencia de este la hipertensión.
Tener Hipertensión (presión arterial elevada) es común e implica que la presión arterial es superior a los niveles considerados normales, una condición del cuerpo que si no es controlada oportunamente con cambios en el estilo de vida (alimentación y ejercicio principalmente) y cuando sea necesario medicina puede ocasionar derrames cerebrales, ataque cardíaco y daños renales como una enfermedad renal crónica.
La diabetes una enfermedad que representa un riesgo para el desarrollo de otras enfermedades y complicaciones en el organismo, entre las cuales se encuentra el incremento de la presión arterial o hipertensión arterial. Entre los factores que puede aumentar el riesgo de padecer hipertensión en la diabetes está la obesidad y cuando la diabetes produce daños al riñón (Enfermedad Renal Crónica).
Cuando la tensión arterial está elevada existe un riesgo mayor de accidentes cardiovasculares y de muerte en personas que tienen diabetes, es por ello que su control en estas personas debe ser permanente para mantener los niveles de tensión arterial igual o menor a 130/80 mmHg, y en ciertos casos incluso menor a este valor.
Tanto la diabetes tipo 2 como la hipertensión esencial son enfermedades que puede ser controladas y prevenibles y controlarse con un cambio de hábitos para mejorar el funcionamiento del cuerpo, entre los cuales se destacan:
Fuentes de consulta: Ministerio de Salud / Clínica Mayo / Dynamed / Scielo / Geosalud / Diabetes Ascencia España