El teletrabajo llegó, y aunque lo hizo de forma abrupta, parece que -por un buen tiempo- será parte del día a día en las organizaciones. Por eso es importante abordar los riesgos psicosociales en el teletrabajo, que se enfocan en riesgos en la salud mental, física y social ocasionados por las condiciones que enfrenta el colaborador en su casa, cumpliendo las funciones laborales.
En condiciones normales el teletrabajo es un aliado para el colaborador y la empresa, pero en época de pandemia donde los niños tampoco van a la escuela y reciben clases en casa; donde la conexión a internet del hogar es necesaria para actividades laborales y escolares de toda la familia; donde las madres o padres deben atender llamadas profesionales con bebés en brazos, además de trabajar horarios extendidos porque no se ha delineado un límite por la implementación acelerada de este concepto para trabajar.
Otros riesgos psicosociales, que vienen en un mundo de pandemia, donde el encierro es obligatorio y las personas sufren de estrés y ansiedad, que incluso puede ocasionar consumo de sustancias como alcohol y drogas, hacen que el teletrabajo necesite mayor apoyo por parte de la empresa para sus colaboradores. Es que el riesgo psicosocial incide en el bienestar laboral y tiene relación directa con la salud física y emocional de los colaboradores.
El teletrabajo no comenzó con la pandemia sino mucho antes, ya que en varios países se ha implementado, como una nueva forma de relación laboral que responde a las nuevas tecnologías y brinda nuevas formas de prestación de servicios laborales. Con el teletrabajo viene la flexibilidad laboral, la conciliación con la vida personal y una nueva gestión de seguridad y salud. Sin embargo, en situaciones actuales hay que identificar las amenazas psicosociales que presenta esta modalidad.
La Organización Mundial del Trabajo (OIT) explica que el objetivo de la seguridad y salud ocupacional es velar por el bienestar físico, mental y social de los colaboradores. En ese contexto, los procesos laborales deben estar diseñados para cumplir con esta premisa, más en un momento en el que Ecuador se volcó de manera abrupta al teletrabajo, sin mucho conocimiento -de muchas empresas- en el tema.
Por eso es importante entender la realidad de cada colaborador: dónde vive, las condiciones de su vivienda, con quién habita, cuál es su situación económica y emocional, qué herramientas necesita para desempeñarse mejor. Para esto hay empresas como Saludsa que ofrecen un programa completo de Salud Ocupacional que va desde testeos de COVID-19, exámenes pre y post ocupacionales, charlas de control en temas de Consumo de Drogas y Alcohol, VIH, Salud Reproductiva y riesgos psicosociales que se dan por diferentes factores. Esto no es un servicio al azar sino que tiene una estructura necesaria para identificar los problemas psicosociales que atraviesan los colaboradores. Esta estructura de riesgos psicosociales funciona así:
Los colaboradores necesitan apoyo real de la empresa en un momento complicado y es difícil para el equipo de Talento Humano actuar solo sin experiencia en un momento crítico que no se había vivido hace más de un siglo. Por eso es importante contar con organizaciones que tienen un proceso desarrollado para estas situaciones, y así transformar al teletrabajo en una forma de relación laboral positiva. Porque el mundo actual necesita toda la productividad posible de los empleados, pero esto no quiere decir que trabajen más sino que están en condiciones idóneas para rendir mejor.