Hacer ejercicio es el arma secreta para disminuir el riesgo de padecer enfermedades catastróficas como el cáncer. La razón es que al practicarlo se mueven diferentes partes del cuerpo y su beneficio, además de mantener el peso corporal, es:
✅Al sudar se eliminan toxinas
✅Reduce el riesgo cardiaco
✅Corrige el colesterol en la sangre
✅Impulsa la inmunidad del sistema
✅Reduce sobrepeso
✅Promueve la buena digestión
Cada uno de estos beneficios impacta directamente en enfermedades crónicas como diabetes y afecciones cardiovasculares. Está claro que la actividad de forma moderada (2 veces por semana más de 30 minutos) o enérgica (más de 3 veces por semana, por una hora cada sesión) impacta directamente en diferentes tipos de cáncer como:
Este tipo de cáncer es el más frecuentes en mujeres en Ecuador. Hay investigaciones que reflejan que quienes realizan actividad física de moderada a enérgica reducen entre 30% y 40% las posibilidades de desarrollar esta enfermedad. Lo interesante es que el ejercicio incluso ayuda a mujeres con antecedentes familiares, por lo que quienes tengan más predisposición genética, reducen el riesgo yendo al gimnasio, corriendo, escalando montañas, saliendo en bicicleta, o cualquier otro ejercicio.
Este es uno de los tipos de cáncer más mortíferos entre hombres y mujeres. Sus causas tienen que ver con tabaquismo, exposición a químicos cancerígenos, inhalación de combustible de carbón o gasolina o altos niveles de contaminación en el aire. Cuando las personas comienzan a hacer actividad física de forma regular mejoran la actividad pulmonar, lo que implica una merma en las posibilidades de contraer esta condición.
No hay certeza de qué tipo de actividad es la que reduce esta enfermedad, pero sí hay estudios concluyentes entre personas que hacen ejercicio más de 3 veces por semana que redujeron en un 50% su propensión al cáncer en esta zona del cuerpo.
Este tipo de cáncer se produce en las células del cuello uterino. Hay investigaciones que revelan que la actividad física reduce el riesgo de contraerla.
Para incluir actividad física en la dinámica diaria, o semanal, es necesario mejorar hábitos y cambiar lo que implique el sedentarismo. La regla es fácil:
➡ En vez de ir en auto al trabajo se camina o se va en bicicleta
➡ Esa maratón de Netflix se puede cambiar por ejercicio físico
➡ Buscar espacios para jugar partidos de fútbol o voleibol con amigos
➡ Comprar una cuerda y saltar en casa
➡ Practicar una rutina de ejercicios con un tutorial de YouTube
Ponerse objetivos claros es el secreto para hacer del deporte un hábito. Hay que ser realista y plantearse metas alcanzables, según esta información de La Clínica Mayo:
Específico: si la meta es hacer más ejercicio, eso no es específico. Pero si se pone como objetivo caminar 30 minutos al día, entonces ahí sí hay una declaración explícita que implica cumplir una jornada diaria de actividad física.
Medible: al medir el objetivo se puede determinar el éxito. Por ejemplo, si se busca "comer mejor" eso no se puede medir, pero si se plantea ingerir 1500 calorías diarias, eso sí es posible medirlo y plantear objetivos basados en ese comportamiento.
Alcanzable: se trata de poder cumplir lo que se plantea. Por eso si la meta es hacer una hora de ejercicio al día, hay que tenerla. Sino es posible entonces hay que redefinir los objetivos -y hacerlos alcanzables- basados en la capacidad que se tiene. Por ejemplo, si es imposible tener una hora al día para dedicarla exclusivamente al ejercicio, se plantea caminar a la oficina, contar el tiempo y ver cuánto se está haciendo de actividad física.
Al plantearse estos objetivos y que se cumplan metas será más fácil mejorar los hábitos saludables y reducir el riesgo de diferentes tipos de cáncer. También es importante mejorar la alimentación con estos consejos de alimentos para prevenir esta enfermedad.